14 may 2010

Marina I




Sentado a la orilla del mar nocturno, acompañado únicamente por el rumor de las olas rompiendo sobre el muelle y una suave y fresca brisa que –ensimismado- él apenas percibía, pensó que nadie lo escucharía, que a nadie le importaba. Que estaba solo.
Así que extrajo apresuradamente de su bolsillo un pedazo de papel arrugado, garabateaba algo entre signos de interrogación mientras las lágrimas escurrían por sus mejillas. Introdujo el papel en una botella y la lanzó lo más lejos que pudo, furiosamente. Permaneció el resto de la noche maldiciendo y llorando hasta que el sueño lo venció.
A la mañana siguiente, lo primero que vio al despertar fue una botella semejante a la suya, la abrió con ansiedad y al leer lo que había dentro pareció que una luz le iluminó el rostro. Sonrió largamente. El papel decía “Sí”.





4 comentarios:

Trovator dijo...

Me recuerda a "Mensajes" de Delgadillo... el naufragio, la soledad, la sorpresa y la esperanza...

Un abrazo camarada!

Rosalmor dijo...

"Lo ùltimo que se pierde es la esperanza ",y siempre habrà un roto para un descocido,no crees?...saludos mojados despues de un fuerte aguacero ; )

BEATRIZ dijo...

Quisiera pensar que cuando se pregunta con la sola esperanza de preguntar, siempre llega la respuesta menos esperada...como en el relato.

Algo de humedad me alcanzó desde sus lagrimas.

Saludos hasta Oaxaca.

Unknown dijo...

TROVATOR: a mi también me pareció a "Mensajes" d Delgadillo después de escribirlo. Por eso agregué 1 "píldora" suya. Saludos!

ROSALMOR: afortunadamente la esperanza subsiste entre tanta muerte. En cuanto a la lluvia, aquí nos hace falta 1 buen aguacero.

BEATRIZ: si se hace la pregunta adecuada llega la respuesta necesaria... tal vez. Saludos hasta EUA