Él no soporta su existencia. Está cansado de que la vida le imponga demasiados obstáculos. Se pregunta con angustia qué pecado tan grave pudo haber cometido para que el destino le pague con mísera moneda.
Le gustaría poder derribar de un golpe todos sus miedos, su neurosis, su infelicidad crónica, la que imagina como una pared inexpugnable.
Y así continúa lamentándose y maldiciendo, mientras con infinita paciencia coloca delicadamente el siguiente ladrillo sobre el muro que -sin saberlo- construye.
3 comentarios:
De esos conozco yo unos cuantos. Lo peor es que llegará un mometno en el que el muro será demasiado grande.
Saludos
Gracias por tu visita..espero me leas de nuevo...un abrazo ypaso luego con màs tiempo a conocer tus letras...
MIGUEL: así es, por eso vale la pena estar atentos.
ROSALMOR: gracias, cuando gustes. este "consultorio" abre las 24 hs del dia. :-p
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