Cúrame de las noches sin luna y con el sueño en vela.
Cúrame de las estrellas que estallan en la lejanía; y de los cometas que no vuelven, cúrame.
Cúrame del nihilismo en los días de asueto y de los mediodías en cama.
Cúrame de los rituales frente a un televisor indestructible; y de la muerte apresurada del alma, cúrame.
Cúrame los sentimientos perdidos en abismos y los conservados en vacío.
Cúrame de percepciones fantasmales a la hora del amor; y del frío penetrante de la soledad, cúrame.
Cúrame este exceso de fe sin argumentos y este deseo ajeno a la praxis.
Cúrame del vicio de existir sin besos; y de la adicción a la melancolía, cúrame.
Cúrame la carne febril alucinando lechos y enloqueciendo en un hotel desocupado.
Cúrame estas piernas cansadas de andar parques desiertos.
Cúrame estos brazos que no llegan a otros brazos.
Cúrame estos labios que no van a ningún lado..